jueves, 28 de julio de 2016

La "Operación Bikini" te hace engordar

La lucha puntual contra la báscula es una trampa que aumenta el riesgo de engordar. Quienes recurren a la ‘Operación Bikini’ pueden pesar en muy poco tiempo más que antes de empezar la dieta.


Operación Bikini: dícese de la histeria colectiva que abduce la voluntad de buena parte de la población (en especial la femenina), haciéndole creer que el seguimiento puntual de las recomendaciones dietéticas más locas servirá para estar como una sílfide en la próxima temporada estival. Abarca un periodo de tiempo más o menos variable, normalmente comprendido entre los meses de marzo y junio.
Si eres uno de sus usuarios, es el momento de que conozcas su escasa efectividad: la experiencia apunta hacia el hecho de que la estrategia aumenta de manera significativa el riesgo de acabar pesando más que antes de empezar la susodicha operación. De esta forma, cada año se fronta la inútil –y encima, sacrificada– operación con más peso que el anterior. Un plan sin fisuras, ¿verdad? A continuación te contamos el porqué de esta reacción del cuerpo.
Así funcionan las dietas
Pasas la mayor parte del año actuando como si no hubiera un mañana, comiendo sin mayor control. Muchas veces quizá empujado por las circunstancias –falta de tiempo o de organización, estrés, tal vez exceso de trabajo–, que tampoco suelen ayudar, hay que reconocerlo. Es posible que en ocasiones una punzada de remordimiento aflore desde el subconsciente y te percates de que así no vas bien, pero sigues.
Continúas con la esperanza de que llegado el momento, cuando sea necesario, te pondrás manos a la obra para solucionar el desaguisado. Y ese momento llega: no ha fallado nunca a su cita en los últimos 40 años –o más, es posible que naciera en 1946 a la vez que la prenda que le pone nombre– y se le llama ‘Operación Bikini’.
Entonces surge la duda. Las opciones son casi infinitas: ¿hay que fiarse de la dieta que ha hecho la vecina del 5º o de la de la cuñada de turno?¿Es mejor seguir las recomendaciones del último gurú con su best-seller en materia de dietas milagro, confiar el adelgazamiento a no-importa-qué producto que venden en la herboristería del barrio o sumarse a los consejos de las celebrities? Otra opción es bajar a la farmacia y comprar ese producto que se anuncia en la tele y asegura que perderás un 50% más con su ayuda; y también existe la posibilidad de ponerse en manos de las múltiples franquicias pierde-peso que han aflorado en los últimos años.
El abanico de supuestas soluciones es inagotable. Por tierra, mar y aire –o lo que es lo mismo, por radio, televisión e internet–, todo el mundo nos ofrece su método, y todos son eficaces cien por cien, supersencillos y ultragarantizados, al menos sobre el papel. Además, generalmente publicitan sus casos de éxito; algo curioso cuando se trata de una estrategia prohibida por la legislación. Pero ese es otro cantar.
Entonces, optas por uno de entre tantos sistemas, porque seguro que el de este año es el bueno. Aunque empiezas con ilusión, al poco tiempo te das cuenta que de sencillo o fácil nada de nada: el sistema, método o dieta requiere sacrificios y se te está poniendo más mala leche que a Pinocho en un Ikea. Pero sigues. Un poco más adelante empiezas a ver los resultados de tanta restricción: has perdido dos kilos.
Te alegras, esto está dominado, te dices. Pero también te relajas, quizá pierdas uno o dos kilos más y ya está. Más tarde te has olvidado del tema y ya no te acuerdas ni del día que te pusiste con la dieta. Así, al cabo de medio año la estadística apunta a que lo más probable es que en ese momento peses 6 kilos más que cuando acabaste la famosa dieta, 2 más que cuando la empezaste. Todo un éxito, por no hablar del dinero invertido y el agradable y aterciopelado carácter que se te puso mientras estabas en ello.
Este relato de los hechos es, más o menos, lo habitual. Hasta el punto de que hay quien afirma que la mejor forma de ganar 12 kilos de peso consiste en haber perdido previamente 10. Cuando te dicen que la vida es injusta, creo que se deben referir a cosas como esta.
¿De verdad las dietas engordan?
Pues está bastante claro. Al menos, la evidencia científica con la que contamos actualmente apunta sin dudas en esa dirección. Pero antes de meternos de lleno con esto, es el momento de hacer un llamamiento a la racionalidad.
Todos conocemos las alarmantes cifras de sobrepeso y obesidad en nuestro entorno, unos números que no han parado de crecer en los últimos 40 años. Al mismo nivel se ha multiplicado el censo de remedios y soluciones, por tanto la duda lógica es inevitable: ¿acaso si uno solo de esos remedios lo fuera de verdad, no habríamos resuelto ya el problema, y dejarían de surgir cada dos por tres nuevos remedios que digan de sí mismos que ellos sí son la solución definitiva?
La duda se resuelve fácil: a día de hoy la comunidad sanitaria ha sido incapaz de encontrar una solución válida al problema poblacional de la obesidad. Y si la ciencia no la ha encontrado, menos todavía los abundantes charlatanes y vendedores de adelgazantes milagro.
El asunto se complica cuando se toma en consideración que las personas que entran en la dinámica de hacer dieta son más propensas a ganar peso, y no solo no adelgazar. Además se trata de una cuestión dosis-dependiente: cuantas más dietas se hacen, mayor es el riesgo de aumentar de peso, tal y como se refleja en este interesante estudiodel que se sacan valiosas lecturas.
Por ejemplo, ser una mujer de 25 años y haber intentado perder peso una vez triplica casi el riesgo de sobrepeso (si eres hombre el riesgo se duplica); pero si se ha intentado perder peso dos o más veces el riesgo de tener sobrepeso se multiplica por 5. Además, el efecto obesogénico ligado a quienes hacen dieta se puso de relieve con independencia de la genética, ya que la muestra del estudio estaba constituida por hermanos gemelos.
Pero, ¿nos engordan igual a todos?
Tal y como contrasta otro trabajo de revisión sobre la materia titulado –y no por casualidad– Las dietas no son la respuesta, los estudios que han observado a largo plazo (de cuatro a cinco años) la evolución de las personas que han empezado una dieta, han contrastado que la mayor parte de ellas recuperaron su peso de partida y que hasta un 41% de las mismas pesaron aun más que al inicio de la dieta de adelgazamiento.
No obstante, a pesar de que el hecho de hacer dieta se ha identificado claramente como un elemento predictor de la ganancia de kilos, esta tendencia es diferente en virtud del peso de quienes empiezan la dieta en cuestión. La probabilidad de volver a pesar más tras hacer dieta es mayor entre quienes la empiezan en situación de normopeso que entre las personas que están ya en situación de obesidad.
Una lectura especialmente preocupante cuando se contrasta el importante número de personas que se ponen a dieta para quitarse “unos kilillos” en campañas estacionales. Con ello, el efecto yoyó no solo incrementa el riesgo de seguir aumentando de peso a la larga, sino que además implica un menoscabo en su pronóstico de salud, al alterar las variables cardio metabólicas con los rápidos cambios de peso.
Las hipótesis que explican esta aparente paradoja que nos lleva a afimar que hacer dieta engorda son varias, la mayor parte de índole metabólico, pero es una cuestión que dista bastante de estar aclarada. Mientras la ciencia afina la respuestas, de lo único que podemos estar seguro es de contrastar una realidad que por mucho que ahora se nos antoje novedosa lleva mucho tiempo encima de la mesa.
Ya a finales de los años cincuenta, uno de los pioneros en la investigación de la obesidadAlbert Stunkard anunció de forma poco halagüeña que: “la mayoría de las personas obesas no seguirá nunca un tratamiento efectivo para la obesidad. De quienes lo inicien, un gran número no conseguirá perder un peso significativo y, entre quienes sí lo consigan, gran parte lo recuperará”.
Entonces ¿qué hacemos?
A pesar de lo dicho, afrontar una serie de cambios dietéticos en nuestras vidas más que el hacer dieta (o que seguir la Operación Bikini) puede ser una sana elección siempre que se haga con cabeza. Y para ello conviene tener en cuenta una serie de premisas:
  • Si piensas que deberías perder peso por salud, ponte en manos de profesionales sanitarios reconocidos. Un chequeo médico sería un buen punto de partida y ponerse en manos de un buen profesional de la nutrición humana y dietética (dietista-nutricionista) también. Pero cuidado, que nadie es bueno por el mero hecho de tener un diploma universitario…
  • Tal y como expuse en mi libro Adelgázame, miénteme si alguien te dice –sea quien sea– que tiene la clave para adelgazar de forma sencilla, sal corriendo, porque es mentira: o no tiene ni repajolera idea de que va el asunto o, lo más probable, quiere quedarse con tu dinero jugando con tu desesperación (y probablemente las dos cosas).
  • No pienses a corto plazo, hacer las cosas bien desde el punto de vista dietético implica la adopción de hábitos que se van a prolongar durante toda la vida. Para ello es preciso empezar por hacer una especie de auditoría de tus patrones alimentarios y de las circunstancias que los caracterizan.
  • Elegir el peso como variable indicadora del éxito suele ser un error. El éxito en el cambio de hábitos vendrá precisamente de la cuantificación de esos cambios. La variación del peso será un efecto colateral de los nuevos hábitos.
  • Puede que te estés preguntando cuál es la mejor dieta para adelgazar y lo cierto es que en cierta medida da igual (ya puede ser baja en grasas o en hidratos de carbono, disociada, hiperproteica o lo que sea) la clave para mantener el peso perdido reside más en la adherencia a los nuevos patrones dietéticos que en las características de nutricionales del patrón.
  • Si tus intereses son estrictamente puntuales –”¡tengo una boda!”– o estacionales estilo ‘Operación Bikini’ y no hay forma de convencerte de lo contrario, allá tú: todas las probabilidades están en tu contra. En lugar de realizar estas locuras cambia el chip, cambia tu alimentación y comienza con un estilo de vida saludable, tu cuerpo te lo agradecera y tú también.

miércoles, 20 de julio de 2016

10 cosas que saber para alquilar (propietario o turista) una casa de vacaciones

Estamos en julio… y ya huele a playa. Este verano millones de españoles pasarán sus vacaciones en una vivienda del alquiler turístico. Sin embargo, para que la experiencia sea plenamente satisfactoria, tanto para propietarios como para turistas, es necesario tener en cuenta unos cuantos factores que van de la legislación a la fiscalidad de este tipo de alojamientos, pasando por las garantías que se debe ofrecer a los consumidores.

Con la ayuda de nuestros compañeros de Rentalia, la web de alquiler vacacional del grupo idealista, hemos recopilado toda la información que debes tener en cuenta este verano:

¿Qué es una vivienda vacacional y cómo alquilarla legalmente?

Si tienes una casa que apenas usas, puedes sacarle un rendimiento económico que te ayude a pagar la hipoteca a través del alquiler vacacional. Para alquilarla legalmente primero debes informarte de la normativa en tu Comunidad Autónoma. Una vez obtenida la licencia, prepara la casa para que los turistas se sientan como en su propio hogar. Y recuerda que todos los ingresos que recibas tienes que incluirlos en la declaración de la renta.

Estas son las normas que regulan el alquiler vacacional en las Comunidades Autónomas

Desde la modificación de la Ley de Arrendamientos Urbanos en 2013, que dejó fuera a las viviendas dedicadas al alquiler vacacional, las CCAA han establecido nuevas normativas al dictado del 'lobby' hotelero. Sin embargo, Competencia ya ha denunciado las legislaciones de Madrid y Canarias. Además, la entidad reguladora catalana también muestra en contra del proyecto de Ley previsto por la Generalitat.

Cómo hacer la Declaración de la Renta cuando alquilas tu vivienda a turistas

Los ingresos que recibas tendrás que declararlos como "rendimientos de capital inmobiliario", siempre que no prestes servicios propios de la industria hotelera. El rendimiento neto por el que se tributa es el resultado de restar a los ingresos totales los gastos necesarios para obtenerlos. Además, es necesario diferenciar dos períodos de tributación diferenciados: el tiempo en el que la vivienda está alquilada y el período en el que la vivienda está libre/disponible para el propietario.

Si alquilas tu piso en Airbnb (y no lo declaras) esta es la ‘amistosa’ carta de Hacienda que vas a recibir

“De los datos que figuran a disposición de la Agencia Estatal de Administración Tributaria, se deduce que ha sido destinatario de ingresos por alquiler de inmuebles intermediados por plataformas electrónicas […]”. Así comienza la ‘amistosa’ carta que Hacienda está enviando desde hace algunas semanas a miles de ‘anfitriones’ que han tenido su vivienda alquilada a turistas a través de Airbnb entre los ejercicios de 2011 y 2015.

¿Qué hago si me inspecciona hacienda por alquilar un apartamento turístico?

¿Alquilas a turistas una casa en la playa? ¿Lo declaras? Si la respuesta es que no, este verano puedes tener una desagradable sorpresa. La Agencia Tributaria ha iniciado una campaña con el fin de sacar a la luz el dinero no declarado generado a partir del alquiler de apartamentos vacacionales. Tener toda la documentación en regla y acreditar la normativa vigente son dos consejos prácticos para evitar una importante multa.

Cómo el ‘home staging’ incrementa las reservas de una vivienda de alquiler vacacional

En España el mercado de las viviendas de alquiler parece un trastero. Los propietarios suelen llevar a las casas que arriendan todo aquello que ya no les sirve en la suya. Con un pequeño lavado de cara, es posible incrementar la renta en más de 100 euros mensuales y alcanzar una ocupación anual que se aproxime al 100%.

¿Es responsable el dueño de un piso de vacaciones de los daños de sus inquilinos en la comunidad?

En el caso de viviendas de alquiler vacacional entendemos que existen dos relaciones jurídicas: la de los inquilinos con el propietario y la del propietario con la comunidad. Esta circunstancia hace que el propietario sea responsable de los daños que ocasionen los ocupantes de su vivienda en los elementos comunes del edificio y la comunidad de vecinos está legitimada para reclamarle la reparación de los desperfectos.

Decálogo de consejos para que un turista alquile con éxito una vivienda vacacional

Una opción para pasar unas buenas vacaciones es alquilar un apartamento vacacional. Para facilitar la relación entre arrendador y turista, el Colegio Profesional de Administradores de Fincas de Madrid (CAFMadrid) ofrece una serie de consejos que todo inquilino debería conocer, como exigir un contrato por escrito o solicitar un inventario del mobiliario.

Cómo evitar que te engañen con un anuncio falso de un piso turístico

De una encuesta realizada por OCU se desprende que los consumidores españoles valoran muy positivamente el alquiler de casas para vacaciones. Y que un 72% la ha encontrado por internet. Por eso, la organización da una serie de recomendaciones para verificar el anuncio y evitar posibles engaños como, por ejemplo, revisar los datos del anunciante, el modo de pago o la entrega de llaves.

Dos de cada tres propietarios que alquilan su vivienda a turistas lo hacen para obtener una ayuda económica

Por primera vez un estudio pone negro sobre blanco en el negocio del alquiler vacacional: en 2014 el 14% de los turistas que llegaron a nuestro país eligieron hospedarse en pisos turísticos y dejaron 2.685 millones de euros en alojamiento. Según el informe elaborado por ESADE, Salvetti&Llombart y Fevitur, la mayoría alquila sus viviendas para obtener una ayuda económica que les ayude a pagar la hipoteca.

Bonus track

Prohibido alquilar, el lobby hotelero contra el alquiler vacacional (reportaje)

Desde que en junio de 2013 el gobierno cambiara la regulación del alquiler vacacional, algunas comunidades autónomas, como Baleares, han restringido hasta prácticamente prohibir esta forma de alquiler, al dictado del sector hotelero. Es un derecho de propiedad que está recogido en la constitución española y que supone un sustento para muchas familias en estos tiempos de crisis.

miércoles, 13 de julio de 2016

Qué hacer para que no afecte a tu factura la subida de la luz

Puede parecer una contradicción, pero en efecto, la electricidad suele ser más cara en verano. Por ejemplo, el pasado julio tuvo una subida de un 3.3% con respecto a junio. ¿Por qué? ¿Hay alguna manera de que no afecte a la factura de la luz? Hoy analizamos la situación y te damos las claves para que tu ahorro y la eficiencia energética de tu hogar no se resientan ante el reto de los precios estivales.




Medidas para que la subida de la luz no afecte a tu factura este verano

En verano nuestras rutinas cambian. Por ejemplo, disfrutamos de más horas solares, no estamos pendientes de la calefacción, apenas usamos el agua caliente, e incluso, en nuestro menú predominan los platos fríos que no necesitan pasar por la vitrocerámica. ¿Por qué entonces al recoger la factura de la luz en septiembre descubrimos que tenemos que pagar más que durante los meses oscuros y fríos.
Aunque pueda parecer incoherente este encarecimiento, lo cierto es que en años anteriores encontramos antecedentes que nos muestran que es una realidad, pues no solo subió el verano pasado, sino también en julio de 2014 cuando experimentó uno de los mayores aumentos de los últimos años con un ascenso del 17.8%.

¿Cuáles son los factores claves para que aumente el precio?

Desde 2014 con el cambio de normativa que se recoge en el Real Decreto 216/2014, de 28 de marzo, el precio deja de ser marcado por las subastas para fijar los precios y en su lugar el Ministerio de Industria presenta de manera continua unos costes que reflejan el gasto de transportar la energía desde su origen hasta nuestros hogares: semejantes a unos ‘peajes’. La otra parte que influye en el cálculo de nuestra factura de la luz se basa en los precios para producir esa energía.
Pues bien, si tenemos en cuenta que la energía que enciende la luz de casa o activa la lavadora es un compendio entre la que se produce en los embalses, campos eólicos, centrales térmicas de materias primas como el carbón y en menor medida, nucleares, es de entender que con respecto a las fuentes renovables, si la meteorología cambia, sus precios también.
Las energías cuya producción resulta más económica son la eólica y la hidráulica, y en los meses de calor, los embalses se cierran como medida de prevención ante la escasez de lluvias y el viento que mueve a los molinos es bastante más escaso que en el resto de estaciones. Pero no por ello vamos a dejar de tener luz en casa, por lo que ese déficit se cubre con otras energías más caras como la térmica. Por lo tanto, ahí tenemos nuestro primer inconveniente.
A esto se suma, que aunque  las energías renovables son más económicas y disminuyen en su producción, los componentes que ajustan el precio del consumidor son fijos, como es el caso de las tasas y otros desembolsos como los destinados a cubrir el déficit eléctrico.
Por lo tanto, a pesar de que el  precio de la electricidad lo fija el Gobierno, éste se basa en unsistema de oferta y demanda. Por lo que en el momento de fijar el ratio del precio se encuentra con una mínima producción en las áreas de energías limpias y un gran gasto debido principalmente al uso generalizado de los aires acondicionados. Esto concretamente es lo que sucedió hace un año, en donde muchos hubiesen deseado retroceder tres meses en el tiempo y pasar algo más de calor y ser más cautos con el gasto energético, en vez de pagar el importe que la factura reflejaba.
Aunque aún no podemos viajar en el tiempo, este verano sí que estamos avisados, viendo los resultados del recibo de junio. Así que tómatelo como una revancha por el coste de los últimos años  e intenta poner remedio a todos los descuidos de los veranos anteriores. Aquí tienes una guía:
  • Anti-Electricidad de 12.00 a 13.00 y de 22.00 a 23.00.-  La franja horaria de medio día coincide con el mayor uso en las oficinas y lugares de trabajo, ya que muchos negocios hacen jornada intensiva. Por lo tanto, procura no encender el aire acondicionado y prepara la comida antes o después de esta hora
  • Por la noche, a partir de las 22.00 surge el segundo pico de demanda, así que desecha la idea de que la franja nocturna es más económica para lavar la ropa o los platos utilizados durante el día. Si aún así no quieres perder tus hábitos programa los electrodomésticos para que empiecen a las 12.00 de la madrugada o a primera hora de la mañana.
  • No te equivoques de estación.- Aunque algunos días echemos de menos el invierno, ir con rebeca o jersey en casa si estamos en julio o agosto, no tiene mucho sentido y en este caso sí pagamos su precio. La franja de los 22º-26º es la normal, y si aún así no te convence, solo piensa en septiembre y en que por debajo de 22º y a cada rango que disminuyamos, el recibo subirá un 7%.
  • Hacer alguna trampilla.- Si nuestro desquite con el recibo es realmente serio, puedes revisar los electrodomésticos de uso común, como por ejemplo el frigorífico o el congelador y ver si puedes subir unos cuantos grados para que así no consuman mucho. Además existen otros trucos caseros que te ayudarán a mantenerlos a la misma temperatura que si no hicieses nada.
  • El As debajo de la manga.- Aunque hemos dejado este apartado para el último, posiblemente sea el más importante: convierte tu vivienda en un refugio pro eficiencia energética gracias al aislamiento térmico, las dobles ventanas, toldos, árboles que protejan del sol… tu casa es el mejor arma contra el calor, el frío, y por supuesto,  el recibo de la luz.
¿Conoces otros trucos para no pagar más este verano? Ayúdanos a vencer este año a la tarifa eléctrica.

lunes, 4 de julio de 2016

Los 10 destinos más buscados en Google este verano

Para un fin de semana, para unas cortas vacaciones o para un viaje de una vez en la vida. Estos son los lugares que más han llamado la atención de los internautas a la hora de sus búsquedas en la red.


1. Londres 
Dos años consecutivos lleva la capital británica encabezando la lista de los destinos más buscados. Y es que Londres es una de las opciones más recurrentes para el city break, con un gran número de vuelos low cost desde España. Una ciudad para repetir una y otra vez porque es imposible abarcarla entera en un fin de semana. Y aunque ya se tenga visto Buckingham Palace, el Parlamento, Trafalgar Square o la National Gallery siempre hay nuevos planes para los amantes del shopping o de las nuevas tendencias.

2. Tailandia 
El exotismo de este país sigue llamando la atención de los internautas, por eso ha vuelto a situarse en la segunda posición de la lista. Las montañas del norte repletas de vida silvestre y hogar de tribus exóticas, el río Mekong en la frontera con Laos, las espectaculares playas e islas del sur ­–Phuket, Krabi, Koh Samui...–, Tailandia es un destino con atractivos para descubrir un día.

3. Roma
 El tercer puesto de la lista lo encabeza una ciudad imprescindible: la eterna Roma, cuya belleza no deja de cautivar por muchas veces que se haya estado en ella. Para amantes del arte, de la cultura, para una escapada romántica o vivir su ambiente, la capital italiana atrae a visitantes de todo el mundo.

4. Marruecos
 Palacios y riads, medinas, lugares cargados de memoriaMarrakech y su suntuosa plaza de Yamaa el-Fna, TetuánFez, Rabat, Essaouira, la asombrosa ciudad fortificada de Aït-Ben-Haddou, las playas, la experiencia de dormir bajo las estrellas en el desierto. Con tantos alicientes se entiende la atracción que causa Marruecos entre los buscadores de destinos.
 
 5. Cuba
La apertura de Cuba ha vuelto a atraer la atención de los internautas por este archipiélago caribeño, aunque bien es verdad que nunca ha dejado de tenerla. A Colón le pareció nada más llegar a ella en 1492 “la tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto” y no se equivocaba. Un paseo en automóvil por el malecón de La Habana, una ruta por las plantaciones de café o cacao que rodean Baracoa, un baño en las aguas turquesa de las playas de Varadero, una jornada buceando en Cayo Largo son brochazos de la verdadera esencia de Cuba.

6. Japón 
Japón es un viaje de una vez en la vida. Un país de contrastes donde conviven artes tradicionales centenarias junto a la tecnología más avanzada: Templos y costumbres ancestrales como la ceremonia del té junto a la industria del videojuego y los rascacielos de sus grandes ciudades. Desde Tokio, la ciudad más poblada del planeta, a la antiguaKioto pasando por las aldeas históricas de Shirakawa-go y Gokayama o las islas Ogasawara… sus reclamos turísticos son infinitos.

 7. Estambul
Esta ciudad turca no deja de causar admiración como cruce de Oriente y Occidente. Con opulentas mezquitas, bazares, palacios y barrios con sabor arrimados bien al Cuerno de Oro, que cerca el más estricto casco histórico, bien a las aguas del Bósforo que lo separan y al tiempo lo unen al continente asiático, se entiende que su nombre se incluya en esta lista.

8. Escocia 
Las Tierras Altas, la isla de Skye, los castillos rodeados de bruma con fantasma incluido, Edimburgo, el lago Ness, St. Andrews, sus espectaculares paisajes, su whisky de malta… Escocia gusta y mucho a los buscadores de destinos. Y además es perfecto para una escapada desde España, por eso en la lista no podía faltar.

 9. Croacia
Croacia avanza a una velocidad inusitada en el escalafón de los países más visitados por los europeos, después de la guerra que asoló el país. A ello han contribuido nuevas líneas de vuelos de bajo coste pero también las ganas por descubrir un país mediterráneo con aguas cristalinas, ciudades medievales que mezclan la arquitectura occidental y oriental, sus tradiciones. Dubrovnik se ha convertido en el símbolo más característico de esta nueva Croacia pero entre sus joyas también figuran Split, el núcleo histórico de Trogir, el Parque Nacional de los lagos de Plitvice, el centro histórico de Porec (Istria)…

10. Menorca 
El primero de los destinos españoles en colarse en la lista es esta isla balear perfecta para familias, con unas calas que poco tienen que envidiar por sus aguas a las del Caribe y un montón de visitas culturales para entretenerse cuando uno no está en la playa o navegando.


¿Y tú? ¿Dónde te escapas esta temporada de vacaciones?